viernes, 12 de agosto de 2011

Abdul (o porqué no hago psiquiatría)




Caso clínico (MIRes, atención!):

Paciente de 29 años, que te avisan que está desmayada en el suelo de urgencias. Sacas tu faceta de #resicomodin y buscas una silla para llevarla dentro (que no nos gustan las pacientes en el suelo). Cuando llegas, te encuentras al adjunto, Dios (no en sentido figurado), que te dice:

"Estará embarazada, es musulmana, en pleno ramadán, será una hipoglucemia. Suerito glucosado, analítica y pimpam".

Ejecutas la orden.

Tumbas a la señora en la camilla, la pones en posición de Trendelemburg (era un tren que circulaba por el Emburg, una región de los países bajos en que siempre se va para abajo, vayas como vayas), indicas la analítica, el glucosado, un primperan dentro del suero y te pones a tomar constantes:

BMT: 107 (mmm, that's suspiscious, será la adrenalina del momento, que le habrá subido la glucemia).
TA: 118/77 (bueno, es que somos muy buenos y la hemos curado).

Cuestión, toca la parte amada por cualquier médico, la anamnesis (dicen que los pacientes suelen dar mucha información si hablas con ellos). Llamaremos a la paciente N. (que es un nombre de mujer, quede claro):

Taglia: N, vamos a charlar un rato.
N:...
Esto con la mirada perdida en el infinito, los brazos al costado y de tanto en tanto algún vómito.
Taglia: N? N?! N! (N no contesta)

Aprovechando la situación, como no tiene casa, estaba allí mi CoR, la Dra_Ryan, que me ayudó en la parte de ver si la paciente estaba consciente (y tomándonos el pelo)

[Disclaimer: que ahora aprendáis ciertas zonas del cuerpo que con poco esfuerzo producen mucho dolor no es mi responsabilidad. Cada cual utiliza la información para el fin que quiera]

Procedemos a la presión esternal, la presión bilateral de apófisis estiloides (ahhh no os lo iba a poner tan fácil) y la maniobra (muy aclamada por los anestesiólogos, pues implica tocar poco a la paciente, y, además con un palo) de apretarle una uña con el boli.

N no responde. Pero respira. Yo llamo a anestesia igual, siempre viene bien alguien que sepa de medicina. Viene anestesia. Aprieta la uña. Se va a anestesia. La paciente respira.

N recupera la conciencia. Como si nada, le podemos preguntar cosas, hasta que se pone mirando el vacío de vuelta. Uhhh mal rollo. Y de paso vomita.

Esta situación se repite dos o tres veces. Decidimos explorar un poco más a la paciente:

Le levantamos la mano y la dejamos caer sobre su cara, la mano esquiva la cara (mmm)
Le practicamos maniobras para valorar los reflejos oculomotores, reflejos positivos, y le dejas de girar la cabeza con la mano y sigue girándola hasta que se da cuenta que no está tu mano (MMM)
Haces como que le vas a voltear la cara de un cachetazo, y la paciente cierra los ojos (Vale, me toma el pelo).

Sigue haciendo pérdidas de conciencia y vómitos, con la mirada en el vacío. Ahí nos planteamos dos conductas:

1. No sabemos si está embarazada. Ponemos el ecógrafo transabdominal, y vemos una gestación de 6 semanas evolutiva. Som molt bons.
2. La escena nos suena. Si empieza a autoviolarse con un crucifijo y a girar la cabeza, saco la sotana y empiezo a tirarle agua bendita.

La 2 no ocurre (por suerte, sería una administración fuera de indicación del agua bendita y es mucho papeleo para que te lo suba farmacia).

Pero N me ocupa un ecógrafo, así que indico, en lo que yo acabo de colapsarme mentalmente, que la pasen al box sin ecógrafo. Me informan que la paciente no mueve las piernas. Cuando voy está en una silla (la habrán arrastrado).

N se resbala de la silla. La sentamos bien. No le sienta bien.

Ahí N empieza a hablar (y sigue vomitando):

N: Me voy a casa.
Taglia: De casa nada, N.
N: Sí sí, me voy a casa. Estoy bien. Mira, yo no soy una mujer. N está enferma, pero yo no soy N, soy un hombre, y no estoy enferm@. Me voy a casa.

Vale, pokerface de todo el equipo presente.

Ahí recuerdo mis clases de psiquia (tiene que circular por algún lado esto), hay que entrevistarlos como si te lo creyeses.

T: Vale, ¿cómo te llamas?
N (con su velo toda digna): Abdul

Se acabo mi capacidad de hacer esto seriamente. De ahí en adelante, problema del psiquiatra. Chau.

Y al final, 20 gotitas de haloperidol, y curada. El haloperidol en obstetricia tiene historia y yo creo que tiene varias indicaciones que no se han aceptado aún y que ya os explicaré. De momento, revierte el Trastorno de Identidad de Género en musulmanas embarazadas.

Dr. Dios, por cierto, menudo "pimpam".

Y la foto es el resultado de poner en Google Imágenes hombremujer, así todo junto.